El pasado mes de septiembre, los Policías del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Móstoles inician las primeras vigilancias y seguimientos de drogadictos que acuden a la zona de Parque Vosa, detectando movimientos y actividades de menudeo de droga. Estas primeras actuaciones confirmaban las reiteradas quejas de los vecinos del barrio Parque Vosa sobre esta situación. Las sospechas recaen en varias personas de origen marroquí que aparentemente llevaban una vida normal; sin embargo, eran los que abastecían a los drogadictos.
Los Policías comprobaron que algunas de estas personas ya habían sido detenidas por la misma actividad delictiva, dándose cuenta de la experiencia y pericia que mostraban para realizar los pases de la droga a los consumidores. Adoptaban medidas de seguridad en sus desplazamientos para eludir la vigilancia policial y efectuaban con rapidez las transacciones de las papelinas de cocaína, o el hachís, por el dinero que costaba. Estas transacciones las llevaban a cabo en lugares recónditos del barrio, poco transitado y de difícil acceso para vehículos, lo que dificultaba el trabajo de los Policías Nacionales dedicados a la lucha contra el tráfico de estupefacientes.
A pesar de estas dificultades, lograron determinar el domicilio utilizado para almacenar y preparar las dosis de droga para su venta. De la entrega a los consumidores se encargaban varias personas que, a través de llamadas telefónicas, SMS o WhatsApp, contactaban con los “clientes” para recibir el pedido y fijar el precio. Con esta organización y distribución de tareas entre los miembros del grupo, los drogadictos que adquirían la droga no llegaban a ver a la persona que se encarga de traerla a Móstoles y “cortarla” para preparar las dosis.
En el interior del domicilio, los policías encontraron 80 gramos de «hachís», 71 papelinas de cocaína, con una dosis de 0,5 gr. cada una. Además de esta droga que ya estaba preparada para su venta, encontraron una bolsa de plástico con unos 15 gramos de cocaína pendiente de “cortar” en dosis. Los policías de estupefacientes también incautaron 900 euros, una báscula de precisión y los dieciséis teléfonos móviles que utilizaban para contactar con los consumidores.
Las cuatro personas detenidas fueron puestas a disposición de la autoridad judicial el pasado día 12 de diciembre.
