En la Comisaría de Móstoles, desde comienzos del presente año, se estaba observando un notable incremento de robos con fuerza en establecimientos comerciales. La Brigada de Policía Judicial y de Policía Científica inician las investigaciones recopilando datos sobre el modus operandi de los ladrones. Pronto detectan un patrón común en el acceso a los mismos: el uso de llaves falsas u otros útiles (ganzúas, espadines, llaves modificadas o maestras, etc). En la mayoría de las ocasiones, no se detectaron daños ni trazas instrumentales en la cerradura, lo que indicaba que los autores debían poseer una singular destreza y especialización.
Los establecimientos objeto de robo, salvo alguna excepción, carecían de cierres o persianas metálicas, lo que facilitaba a los autores atacar directamente la cerradura de la puerta de acceso. Estos establecimientos se dedican a diferentes actividades, desde peluquerías, donde sustrajeron útiles y productos de significativo valor, hasta fruterías, bares, asesorías fiscales, etc.
Los Policías Nacionales, después de varias indagaciones, dirigieron sus sospechas sobre un hombre y una mujer a los que sometieron a vigilancias y seguimientos, constatando que, antes de cometer los robos, planificaban sus movimientos y las medidas de seguridad para no ser detectados. En estos seguimientos identificaron a un tercer sospechoso y comprueban que los autores utilizan dos vehículos, de forma alternativa, para los desplazamientos y transporte de los objetos robados.
En el registro domiciliario, los investigadores incautaron diversos útiles para el robo: ganzúas, destornillador eléctrico, dos juegos de llaves bumping para apertura de puertas, extractor de bombines, plásticos para apertura de resbalón, etc. También encontraron efectos sustraídos en varios establecimientos. Lo más sorprendente para los investigadores fue el hallazgo de dos documentos: uno, con instrucciones sobre cómo elaborar llaves “amaestradas”
para abrir diferentes tipos de cerraduras; el otro, con una relación de establecimientos que ya habían sido robados o iban a ser objeto de robo. Según explicaciones de los propios detenidos, la tenían para programar y planificar los hechos delictivos.
A los tres detenidos de nacionalidad española y con numerosos antecedentes por robo, hasta este momento y con los medios de prueba hallados, se les han imputado varios hechos. El pasado día 9 de junio han sido puestos a disposición judicial, aunque las investigaciones continúan abiertas
